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Arquitectos: Arquitectura DESE UC
- Área: 2992 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Felipe Fontecilla
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Proveedores: Budnik, Knauf, Nuprotec, Renner Coatings, AutoDesk, DANOSA, Funder Max, INGMAC, Isover, KEIM, Schwarz Haus, Transve
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto del Edificio Fachada y Patio Cubierto del Centro de Extensión Oriente se inscribe en un plan mayor, encargado en 2013, que se proponía dar nueva vida e incorporar nuevas funciones al conjunto edificado del Campus Oriente de la Pontificia Universidad Católica de Chile. El proyecto original pertenece a Juan Lyon y Luis Azócar y fue construido alrededor de 1930. Diversos encargos parciales se fueron articulando alrededor del plan original. Así, el Edificio Académico de la Facultad de Artes y la remodelación de dos grupos de salas del antiguo edificio. La pregunta fundamental que acompañó estas intervenciones fue cómo intervenir una edificación cercana a cien años de vida, cuya materialidad, ladrillo y hormigón, y cuyos venerables espacios gozaban de un considerable aprecio de parte de sus habitantes.
Por razones prácticas y de principio, se desechó cualquier imitación estilística, que no sólo hubiese sido difícil de realizar con propiedad, sino además sería muy dudosa como estrategia para intervenir un edificio histórico. En cambio, se optó por una simpatía material y dimensional hacia el antiguo edificio, que combina gruesos muros de albañilería simple, con losas, columnas y arcos de hormigón. Esa fue, por tanto, una primera regla: el edificio sería básicamente de hormigón y ladrillo. Este último se utilizaría en su versión artesanal, la misma de los viejos muros. A esta simpatía material agregamos la utilización de la misma familia de medidas del viejo edificio, que se desprenden de una trama modular muy rigurosa de 4,20 mts.
Esa resonancia mensural establecía secretos lazos de convivencia entre lo viejo y lo nuevo. El encargo del cliente suponía cerrar con un nuevo edificio el patio sur oriente del campus. En ese lugar el proyecto de Lyon y Azocar proponía un ala que nunca llegó a construirse. El Edificio Fachada se pensó como una versión contemporánea de dicha ala, respetando las crujías dominantes e integrándolo al sistema de circulaciones del campus.
El proyecto se desarrolló en dos fases. La primera, propiamente el Edificio Fachada, constituyó el encargo inicial. Cuando éste ya estaba configurado, se solicitó cubrir el patio. Éste había estado cerrado, por décadas, por una reja metálica, permitiendo una continuidad visual desde el interior hasta la calle. Consideramos que esa continuidad visual, que no formaba parte del proyecto original pero se había ganado en el tiempo, debía ser respetada y conservada. Por tal razón, el nuevo cuerpo se concibió como un edificio-puente que posibilitaba una transparencia total en el primer nivel, salvando casi 30 metros de luz. Una gran celosía de ladrillo, que disuelve las relaciones lleno vacío del antiguo edificio, es el elemento dominante de la fachada, que aparece como una suerte de textil de ladrillo suspendido.
La cubierta del patio fue concebida como una pieza autónoma. Una suerte de mesa de cuatro patas. El acceso de luz y sol fue medido cuidadosamente para lograr un clima adecuado. Un cielo plegado semi-traslucido enriquece y varía el acceso de la luz.
Aunque localizado en una fracción menor del campus, el proyecto aspira a una transformación radical de su textura arquitectónica. Él genera nuevas continuidades evitando el excesivo fraccionamiento de los patios, característico de su condición original de colegio. La coexistencia de lo nuevo y lo viejo, como también la de lo abierto al público y lo propiamente universitario, no es solamente una contigüidad armoniosa o una convivencia pacífica. Las piezas que se incorporan al conjunto reconocen los elementos del pasado y se miran en ellos. Se da lugar así a una suerte de nuevo organismo en el que lo que viene del pasado adquiere una presencia y una vitalidad nuevas.